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Litecoin, ethereum, ripple, dogecoin, bitcoin… La última es la primera y, sin duda, la gran conocida entre las criptomonedas. Te contamos cómo se crean.

Últimamente, los bitcoins acaparan titulares de todo el mundo, desde un rapero que pasó de la bancarrota a ser millonario tras aceptar que sus seguidores le pagaran su música en esta moneda hasta un alarmante informe que alerta que en 2020 su creación podría requerir toda la energía que se consume a nivel mundial.

Pero ¿qué es el bitcoin?

Una criptomoneda es un medio digital de intercambio.​​​ La primera criptomoneda que empezó a operar fue el bitcoin, en 2009. Hoy existen miles de criptomonedas diferentes, con mayor o menor valor y popularidad, pero el bitcoin sigue siendo la más extendida y popular.

Se trata de una divisa electrónica cuya mayor diferencia frente al resto de monedas es que es descentralizada; es decir, el bitcoin no tiene un emisor central como los dólares o los euros, por lo que ningún banco, gobierno o empresa controla esta criptomoneda. Su propósito inicial era servir como divisa alternativa al dinero fiduciario, aunque su uso como forma de inversión se ha extendido notablemente.

¿Cómo se crean?

Más que crear, sería descubrir o descifrar. Los nuevos bitcoins son generados por un proceso competitivo y descentralizado llamado “minería”, que se basa en premiar a los individuos que resuelvan los problemas o algoritmos que encierran utilizando la capacidad de cálculo de un equipo. Por cada bloque que consiguen minar, los mineros reciben a cambio bitcoins. Es decir, el conocimiento de un código te hace propietario de ese activo (criptomoneda).

¿Cualquiera puede ser minero? Sí, pero el poder de procesamiento requerido para conseguirlo es cada vez mayor, porque la dificultad se va incrementando exponencialmente. Al principio se podía minar con un simple procesador de ordenador, pero cada vez se necesitan equipos más potentes y especializados.

A través de este sistema, esos mineros de bitcoins procesan las transacciones y aseguran la red usando un hardware especializado y, a cambio de sus servicios, recogen bitcoins.

¿Son infinitos?

No, los bitcoins se crean o “minan” a velocidad predecible y decreciente. Así, el número de bitcoins creados cada año se reduce a la mitad de forma automática a lo largo del tiempo hasta que su emisión se detenga por completo al llegar a los 21 millones. Esta fórmula o sistema tiende a elevar el precio de la moneda digital.

Por supuesto, minar no es la única forma de obtener bitcoins. Como cualquier otra moneda, se puede comprar y se pueden llevar a cabo transacciones con ella.

Fuente: Mutualidad Abogacia