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21/03/2014 - Autor: Pedro Somacarrera


Las tiendas de “Compro Oro” tienen ahora problemas con el fisco…

Ya hace tiempo que proliferaron,  en sustitución a los negocio de intermediación hipotecaria, después apareció la moda de los locales de cigarrillos electrónicos  que desde este verano fueron relegados de su puesto de honor como  negocio de moda por las tiendas de venta de helados de yogurt, y ahora yo diría que perviven medio aletargados tras su efímero “boom” debido al estable precio del oro y a las periódicas y recurrentes necesidades de una parte de los ciudadanos de este país…

Es justo en este momento, tras su exuberante irrupción en un mercado propicio para ellos debido a la estrangulación de la financiación bancaria,  unido con una cotización del oro  en máximos históricos cuando hicieron verdaderamente su agosto…ahora son, en su mayoría, autoempleos de ingresos correctos pero  lejos de aquellos momentos de fulgor inicial…

El socio llama a la puerta

Como bien sabe el que me suele seguir habitualmente, siempre digo que todo negocio tiene un socio invisible, omnipresente y omnipotente a la vez que privilegiado pues sólo le afecta y se beneficia  de lo bueno  que nos ocurre pero nunca esta ahí,  ni le afecta, ni se responsabiliza para  nada de  lo malo… si, ya lo sé, parece un acertijo, una adivinanza y la respuesta es, efectivamente, muy bien…la Agencia Tributaria…

“Quien, tras unas flexiones de calentamiento…entra en acción”…en determinadas Comunidades Autónomas como Valencia y Baleares aprovechándose de una ambigua y poco clara regulación del Impuesto de Transmisiones…reclamando, como no, con efecto retroactivo este impuesto a todas las operaciones realizadas por cada una de estas instalaciones en los últimos 4 años y, claro está…contento el sector….pues mucho, pues no, no lo está…

Justo ahora cuando el sector esta, no digo de vacas flacas pero sí que, cuanto menos hay, una vez pasado el boom, inicial un cierto estancamiento le reclama  todas las cantidades anteriores no ingresadas.

Estos negocios, por su propia naturaleza han de mantener un libro de registro de compras que periódicamente han de comunicar a la policía por si alguna de sus compras procediesen de robos y, ese mismo libro, en consecuencia el instrumento ideal de verificación de todas y cada una de las transmisiones realizadas.

Que la hacienda pública en los últimos años esta “canina” no es ninguna novedad…máxime en determinadas comunidades que, ¡oh! casualidad…son los que está llevando acabo las mencionadas campañas al tratarse un impuesto de recaudación autonómico.

Lo  cierto es que la jurisprudencia en este punto es dispar y de ello se aprovechan (de momento) las mencionadas comunidades, mientras que en Cataluña y Andalucía el TSJ  mantiene que no están sujetas estas operativas al impuesto en que cambio, la Rioja es de la opinión contraria…

El Tribunal Supremo, así mismo, en sentencia indica  que, estas operaciones no están sujetas a este impuesto, pues, las compras a particulares de objetos de oro, plata, etc. “realizadas por empresarios o profesionales con carácter habitual y como actividad típica de su tráfico empresarial no están sujetas al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados”.

Esta sentencia del Supremo no ha sentado jurisprudencia hasta la fecha falta una segunda sentencia que así lo ratifique.

La disyuntiva…

Es por ello que las empresas de “compro Oro” a la que les han levantado el acta lo han impugnado  y se encuentran ante una disyuntiva de liquidar o no liquidar el impuesto porque siguen pensando que “no toca”… en este último caso, muy probablemente, la Administración Autonómica procederá a practicar liquidación (con intereses de demora y sanción), contra la que se podrá recurrir en base a lo comentado antes, siendo la base de dicho recurso las sentencias de las anteriores comunidades (Cataluña y  Andalucía), sin que esto signifique que existan garantías de éxito ni siquiera en el caso de que éstos tribunales hayan fallado en este sentido anteriormente ya que pueden opinar como en la Rioja..

El problema es que si no se aceptan muchas de estas empresas, ante las reclamaciones sobrevenidas deberán cerrar…y quien sabe si tendrán que vender u  empeñar, los empresarios, su patrimonio u oro particular para pagar…